... sigue de la anterior.
El domingo comenzó con el desayuno de rigor, compartiendo muy buen ambiente corremontañero desde el primer momento, pues el comedor estaba repleto de participantes. Allí conocimos a un grupo mallorquín, de Pollença, del que formaba parte la simpática Elena. Quien nos habló de la dureza de la carrera ultra de la Serra de la Tramuntana. Algún día, quizá ...
Sin prisa y sin pausa nos dirigimos al pabellón donde se realizaría el control de salida y, como no podía ser de otro modo, encontré y fui encontrado por un montón de amigos y conocidos, asiduos de estas lides. Comenzando por la sorpresa de toparme con Francisco Robres y continuando con la alegría de comprobar que Salva Maciá no se había dejado amendrentar por sus molestias catarrales y con meritorio madrugón, había llegado a tiempo. Después haría en carrerón en ésta, su segunda participación en carreras por montaña. ENHORABUENA SALVA!!!
Puntualmente se dio la salida y de inicio comencé mi tran-tran acostumbrado, viendo las espaldas de muchos colegas y cómo rápidamente unos y poco a poco otros, avanzaban y se alejaban ... Silvia, Galipau, Fernando, Rubén y Ana, ... Suerte a todos, pensé.
Durante algunos cientos de metros, quizá más de un kilómetro, permanecí cerca de Jessi. Cuando comenzaron las pendientes ascendentes inqué la mirada en el suelo y avencé como suelo, es decir, muy poco a poco. Los de la categoría transatlántico, clase Olympic, avanzamos despacio en ciertos terrenos.
No recuerdo cuándo alcancé o me alcanzó María José Ballester de Benifaió y fuimos juntos o cerca durante un buen puñado de kilómetros.
En general, durante mucho tiempo podía correr. Es una carrera donde se puede correr mucho. Especialmente en los últimos 18 kilómetros, en los que se puede marcar un buen crono.
Llegó la penúltima subida importante (creo que fue ahí), tras superar una interesante y amena zona de senda estrecha con mucha piedra y buena caída si acaso perdieras el apoyo, y encontré mi momento agónico. Pelín pseudomareado y por momentos un poco pallá, sin haber tomado ni una cerveza, fui consciente de que debía bajar todavía más el ritmo y seguír subiendo muy ancianamente. Lo curioso es que al moderarse la inclinación del terreno, en breves instantes recuperaba el resuello, el corazón casi volvía a su sitio y podía volveer a correr (despacio, claro está).
Tras recorrer una zona de gran belleza, bajando a y por el interior de, un barranco, volvimos a subir ahora ya hasta el Espadán. Quinientos y pico metros de desnivel en unos tres kilómetros, según escuché comentar a alguien que llevaba cerca. Otro rato arduo para Manolo (desconocido participante a quien sus amigos y amigas no cesaban de animar) y para mí y probablemente para unos cuantos más.
No he dicho pero ahora sí, que desde mucho antes, casi desde el principio, lloviznaba incesantemente y el frío era bastante intenso. Mucho más a las 13h que a las 9h. Con lo que me alegraba de llevar las mallas largas más gruesas de que dispongo, guantes, cuello, camiseta interior térmica (podía haber sido mejor si de manga larga), camiseta de manga corta, y cortavientos-impermeable. Por supuesto, la gorra impermeable encasquetaba mi testa, como casi siempre. Este año nadie pasó calor y no creo que sobrara vestimenta a casi nadie.
Un ratito antes de coronar la cima me sobrepasaron Ximet y JBes. En la cima dos héroes, inmunes al gélido viento, lluvia y nieve (sí, cuando llegué arriba nevaba) te sacaban una foto y ticaban el dorsal. Y rápidamente para abajo. Había que descender un pequeño tramo común de subida y bajada, atestado de gente cuando lo bajé y con roca muy resbaladiza por el agua y el barro. Ocurrió algo ahí que por poco ... Pero la pierna resistió y el dolor cesó pronto.
Bajando encontré a Ximet y Jbes en el siguiente avituallamiento (supongo sería el km 24 y pico) y ya con ellos, formando un trío que puede llegar a dar mucho que hablar, en amena y superagradable charla, a ratos trotando y a los más, caminando, hasta el final.
Conclusión: para repetir en próxima edición.
3 comentarios:
Enhorabona Paco per aquesta marató de muntanya.
¡Sogorb te molta història!
¡Buena crónica! A mí también me nevó llegando al pico, y pasé muchísimo frío! Pero me encantó la zona, el recorrido... ¡todo! Como bien dices, ¡¡¡para repetir el próximo año!!!
Un abrazo,
Jessi
Hola fenómeno.
Me ha encantado la crónica y todavía más ver que has disfrutado de la prueba.
Como ya te comenté es una prueba que me encantaría hacer, así que a ver si el año que viene podemos irnos para allí.
Un saludo amigacho.
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