EL PASADO 26 de octubre, mientras corría (es un decir) por la montaña de Ricote, el amigo Antonio "Cazallero", (el de azul) a quien conocí el pasado agosto en La Porta del Cel (y a Jacobo, Javi y Belén; todos de oro bueno del mejor), se dedicó a .... leed la crónica de su excelente experiencia y ya me decís si es o no un fuera serie.
Llevo ya algunos años metido en este mundo de las carreras por montaña, y desde mis comienzos he vivido aventuras a cuál más trepidante (subida al Veleta, 101 kms de Ronda, Maratones alpinos…) pero lo de este domingo ha sido, sin lugar a dudas un episodio sin precedentes.
Con la denominación de “Viento Sur” se conoce a una de las carreras por montaña más técnicas de nuestra Comunidad Autónoma y de una dureza enorme comparada con su distancia (22 kms), en la que se tienen que salvar fuertes desniveles, pedreras, ríos y un largo etcétera de troncos, raíces, ramas…
Desde hace unos meses, junto con mi compañero y Amigo Moi, y gracias al acercamiento que hemos tenido al deporte adaptado, maceramos la idea de participar en este tipo de pruebas siendo guía de una persona con discapacidad visual, y qué mejor estreno que en una de las carreras por montañas más técnicas, dura y exigente.
No hizo mucha falta convencer a Mónica, que es una amiga nuestra y presenta una discapacidad visual del 74%, y que la encuadra dentro del grupo de discapacitados visuales B2.
Con todo este panorama, nos dispusimos en el Cerro del Hierro el 26 de octubre de 2008 a las 10:30 de la mañana dispuestos a tomar la salida de esta maravillosa carrera y con la ilusión de poder alcanzar la meta dentro de las 4 horas que fija de tiempo límite la organización.
Desde el principio del camino nos acompañó nuestro Amigo Jacobo, que con sus ánimos y apoyo en los avituallamientos hizo que todo se nos hiciera más llevadero.
Los primeros 5 kms se pasaron sin grandes dificultades, alternando la carrera con la marcha, abusando de esta última en tramos en los que era prácticamente imposible describir el firme del terreno a la velocidad de la carrera, subimos pedreras, sentimos el frescor de las zonas encañonadas del Cerro del Hierro y salimos de este monumento natural por una zanja creada por el agua de las últimas lluvias que nos obligaba a usar nuestra barra guía como elemento de protección ante caídas.
Después de esta parte, y por una fortísima subida, nos fuimos introduciendo en una bonita zona de alcornoques y encinas, lo que fue un elemente constante hasta el final de la prueba, una gran densidad de matorral bajo que además de hacernos los propios arañazos de correr por este terreno, nos obligaba a realizar una descripción exhaustiva de las zonas por donde pasamos para evitar que Mónica o alguno de nosotros termináramos la bajada antes de tiempo y rodando en vez de corriendo.
Las subidas se hacían muy fuertes y casi interminables, pero las bajadas eran muy peligrosas, el terreno estaba resbaladizo y las piedras sueltas hacían que una mala pisada se convirtiera en una torcedura de tobillos.
Afrontamos tres sorprendentes subidas, seguidas de sus correspondientes bajadas trepidantes, y cuando corríamos por el kilómetro 19 aproximadamente nos encontramos con una de las zonas más técnicas de la carrera, que consistía en cruzar la rivera llena de piedras a diversa altura y en la que el agua nos llegaba a la altura del muslo.
Después una subida más y a través de una zona favorable de vía verde, empezamos a vislumbrar el pueblo de San Nicolás del Puerto, un último esfuerzo y ya escuchábamos el speaker de la meta, varias calles y tras torcer una esquina nos encontramos con la meta…
Paramos el crono en 3h40’, ¡¡¡LO HEMOS CONSEGUIDO!!! Llegamos a la meta aclamados por la multitud de aplausos de todo el público que allí se había congregado, las felicitaciones nos llovían, vimos más de una cara con lágrimas y alguno que otro se acercó diciendo “No os conozco de nada, pero cuando os vi en la salida estaba totalmente convencido que no terminaríais, me habéis dejado asombrado” o… “Estas son las cosas que os hacen ser lo que sois… grandes personas”… “me ha resultado casi imposible a mí, que veo perfectamente, cuanto más a vosotros…” y muchos más comentarios que se quedan para siempre grabados en el corazón.
En esos momentos vimos a Higinio, el organizador, con el que semanas pasadas estuvimos hablando y nos quiso convencer para adaptarnos el recorrido, tan sólo le pedimos que nos dejara hacer la misma carrera, en ese momento le demostramos que es posible…
Y sí, lo conseguimos!!! Nos costó bastante trabajo, a quién no?, pero llegamos a la meta, por el mismo camino que todo el mundo y dentro del tiempo estipulado, una vez más queda demostrado que los límites están allí donde te los quieras marcar.
Os dejo algunas fotos, tengo también varios vídeos, veré a ver si los puedo colgar en el youtube y si es así os paso la dirección.
Muchas gracias a los que día a día creéis y confiáis en nosotros.
“… tenemos más cualidades de lo que creemos; pero para saber si son de oro bueno las monedas, hay que hacerlas rodar…”
Llevo ya algunos años metido en este mundo de las carreras por montaña, y desde mis comienzos he vivido aventuras a cuál más trepidante (subida al Veleta, 101 kms de Ronda, Maratones alpinos…) pero lo de este domingo ha sido, sin lugar a dudas un episodio sin precedentes.
Con la denominación de “Viento Sur” se conoce a una de las carreras por montaña más técnicas de nuestra Comunidad Autónoma y de una dureza enorme comparada con su distancia (22 kms), en la que se tienen que salvar fuertes desniveles, pedreras, ríos y un largo etcétera de troncos, raíces, ramas…
Desde hace unos meses, junto con mi compañero y Amigo Moi, y gracias al acercamiento que hemos tenido al deporte adaptado, maceramos la idea de participar en este tipo de pruebas siendo guía de una persona con discapacidad visual, y qué mejor estreno que en una de las carreras por montañas más técnicas, dura y exigente.
No hizo mucha falta convencer a Mónica, que es una amiga nuestra y presenta una discapacidad visual del 74%, y que la encuadra dentro del grupo de discapacitados visuales B2.
Con todo este panorama, nos dispusimos en el Cerro del Hierro el 26 de octubre de 2008 a las 10:30 de la mañana dispuestos a tomar la salida de esta maravillosa carrera y con la ilusión de poder alcanzar la meta dentro de las 4 horas que fija de tiempo límite la organización.
Desde el principio del camino nos acompañó nuestro Amigo Jacobo, que con sus ánimos y apoyo en los avituallamientos hizo que todo se nos hiciera más llevadero.
Los primeros 5 kms se pasaron sin grandes dificultades, alternando la carrera con la marcha, abusando de esta última en tramos en los que era prácticamente imposible describir el firme del terreno a la velocidad de la carrera, subimos pedreras, sentimos el frescor de las zonas encañonadas del Cerro del Hierro y salimos de este monumento natural por una zanja creada por el agua de las últimas lluvias que nos obligaba a usar nuestra barra guía como elemento de protección ante caídas.
Después de esta parte, y por una fortísima subida, nos fuimos introduciendo en una bonita zona de alcornoques y encinas, lo que fue un elemente constante hasta el final de la prueba, una gran densidad de matorral bajo que además de hacernos los propios arañazos de correr por este terreno, nos obligaba a realizar una descripción exhaustiva de las zonas por donde pasamos para evitar que Mónica o alguno de nosotros termináramos la bajada antes de tiempo y rodando en vez de corriendo.
Las subidas se hacían muy fuertes y casi interminables, pero las bajadas eran muy peligrosas, el terreno estaba resbaladizo y las piedras sueltas hacían que una mala pisada se convirtiera en una torcedura de tobillos.
Afrontamos tres sorprendentes subidas, seguidas de sus correspondientes bajadas trepidantes, y cuando corríamos por el kilómetro 19 aproximadamente nos encontramos con una de las zonas más técnicas de la carrera, que consistía en cruzar la rivera llena de piedras a diversa altura y en la que el agua nos llegaba a la altura del muslo.
Después una subida más y a través de una zona favorable de vía verde, empezamos a vislumbrar el pueblo de San Nicolás del Puerto, un último esfuerzo y ya escuchábamos el speaker de la meta, varias calles y tras torcer una esquina nos encontramos con la meta…
Paramos el crono en 3h40’, ¡¡¡LO HEMOS CONSEGUIDO!!! Llegamos a la meta aclamados por la multitud de aplausos de todo el público que allí se había congregado, las felicitaciones nos llovían, vimos más de una cara con lágrimas y alguno que otro se acercó diciendo “No os conozco de nada, pero cuando os vi en la salida estaba totalmente convencido que no terminaríais, me habéis dejado asombrado” o… “Estas son las cosas que os hacen ser lo que sois… grandes personas”… “me ha resultado casi imposible a mí, que veo perfectamente, cuanto más a vosotros…” y muchos más comentarios que se quedan para siempre grabados en el corazón.
En esos momentos vimos a Higinio, el organizador, con el que semanas pasadas estuvimos hablando y nos quiso convencer para adaptarnos el recorrido, tan sólo le pedimos que nos dejara hacer la misma carrera, en ese momento le demostramos que es posible…
Y sí, lo conseguimos!!! Nos costó bastante trabajo, a quién no?, pero llegamos a la meta, por el mismo camino que todo el mundo y dentro del tiempo estipulado, una vez más queda demostrado que los límites están allí donde te los quieras marcar.
Os dejo algunas fotos, tengo también varios vídeos, veré a ver si los puedo colgar en el youtube y si es así os paso la dirección.
Muchas gracias a los que día a día creéis y confiáis en nosotros.
“… tenemos más cualidades de lo que creemos; pero para saber si son de oro bueno las monedas, hay que hacerlas rodar…”
Sí que pudo:
http://es.youtube.com/watch?v=IBnFK7v3kY4
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